El amor es una de las emociones básicas que tenemos los seres humanos. Es una emoción compleja, muy difícil de explicar y comprender. Esta emoción es innata y nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida. Pero las experiencias que tenemos, la cultura, la educación que recibimos y otros muchos factores, hacen que esta emoción agradable, que nos ayuda en nuestras relaciones y en la creación de vínculos con otros, se convierta en una emoción desagradable que nos afecte emocionalmente.
El amor romántico es un tema recurrente en la sociedad y la cultura popular. Desde libros y películas hasta canciones, se nos muestra una idea idealizada del amor, llena de pasión, gestos románticos y un final feliz garantizado. Todo esto se relaciona con lo que llamamos los mitos del amor romántico. Estos mitos son creencias (conscientes o inconscientes) sobre el amor, que surgen y se mantienen en la sociedad, se aceptan como verdaderas y al ser simplificadas producen una distorsión de la realidad e influye en nuestros comportamientos. Además, generan expectativas erróneas y tienden a provocar sufrimiento emocional.
Estas creencias sobre cómo debería ser el amor nos llevan a mantener relaciones poco sanas y nos olvidamos de nuestro autocuidado por anteponer siempre la relación o a la otra persona. Cuando leamos estos mitos es probable que nos parezcan obvios, pero en muchas ocasiones actuamos de forma inconsciente en base a ellos.
¿Cuáles son estos mitos?
- EL AMOR TODO LO PUEDE
Uno de los mitos más comunes sobre el amor romántico es la idea de que «el amor todo lo puede». Nos pintan un amor tan poderoso y mágico que supuestamente puede superar cualquier obstáculo o problema en una relación. Pero la realidad es que el amor no es suficiente para mantener una relación sana y duradera. Las relaciones requieren trabajo duro, comunicación constante y compromiso por parte de ambas personas involucradas. No podemos esperar que el amor por sí solo solucione todos nuestros problemas.
- EL MITO DE LA MEDIA NARANJA
Otro mito es la idea de que el amor romántico nos completa y nos hace felices. Nos enseñan que necesitamos encontrar a nuestra «media naranja» para ser plenamente felices. Sin embargo, esto nos lleva a depender emocionalmente de otra persona y a olvidarnos de nuestra propia autonomía y felicidad. El amor no debería ser una búsqueda desesperada por la felicidad, sino un aspecto más asociado a nuestras vidas que complemente, pero no sea necesario para completarnos a nosotros. Este mito nos suele llevar a buscar desesperadamente esa otra mitad que nos complete y en ocasiones esa desesperación nos hace tomar malas decisiones.
Además, el mito de la media naranja presupone que hay una única persona con la que podemos ser felices, porque esa es «la persona», olvidándonos de que podemos vincularnos y enamorarnos de diferentes tipos de personas y afortunadamente, no hay una única persona en el mundo con la que podamos sentirnos plenamente amados o a la que amar.
- LOS CELOS SON UNA MUESTRA DE AMOR
También se nos vende la idea de que el amor romántico es posesivo y celoso. Nos dicen que, si alguien nos ama de verdad, debe estar celoso de cualquier persona que se acerque a nosotros. Pero los celos excesivos no son una muestra de amor, sino de inseguridad y control. El amor sano y respetuoso implica confianza mutua y respeto por la individualidad y la libertad de la otra persona.
Se ha asociado tener celos a que no importe la persona con la que estamos o con el simple hecho de quererla, y que nos quiera. Pero, los celos no son ni mucho menos sinónimo de amor. Los celos son una representación de nuestros miedos e inseguridades, tanto de uno mismo como hacia otra persona. Al igual que otras emociones, sentir celos es natural. El problema vendrá cuando no sabemos gestionar esa emoción y nos lleva a elaborar conductas destructivas hacía nosotros y nuestra pareja.
- ATRACCIÓN EXCLUSIVA
Este mito se basa en la idea de que solo nos podemos sentir atraídos por nuestra pareja, sin fijarnos en nadie más. Este mito lleva asociado un miedo a que la otra persona nos abandone, además de la inseguridad que se puede generar sobre nosotros mismos. Este mito no implica que nos tengamos que ir al extremo contrario, que la alternativa sea una relación poliamorosa o una relación abierta. De lo que se trata es de que mi vida no es exclusiva de mi pareja y que puedo decidir sin que la otra persona esté. Sentir atracción por otras personas es algo muy habitual y normal, y no hay porqué sentirse culpable por ello.
El que no haya una atracción exclusiva hacia nuestra pareja no quiere decir que no acordemos de mutuo acuerdo que haya exclusividad sexual. Cada pareja debe acordar qué tipo de relación quiere mantener, y si en ésta hay exclusividad sexual o no, y en caso afirmativo, cada miembro de la pareja tiene derecho a decidir si en el caso de que la otra persona rompa ese acuerdo quiere continuar con la relación o no.
- EL AMOR ES LO MÁS IMPORTANTE
El mito se basa en la creencia de que para conseguir la felicidad plena tenemos que estar enamorados, y que sin el amor de una pareja no podemos ser felices. Lleva asociada la idea de hacernos responsables no solo de nuestra propia felicidad sino también de la felicidad de la otra persona, también de que hagamos responsables a nuestra pareja de nuestra propia felicidad, lo que puede generar culpa, frustración, …
Además, esta creencia trae consigo la idea de que somos «uno con el otro», olvidando nuestra propia identidad y estableciendo una dependencia emocional hacia la pareja que nos perjudica.
- LOS POLOS OPUESTOS SE ATRAEN
Este mito se basa en la idea de que, me puedo sentir atraído/a por alguien completamente opuesto a mí por llenar algo que falta en mí o porque esa persona se pueda ocupar de lo que yo no puedo. Es decir, se trata de completar una parte de mi con otra persona que tiene características opuestas a mí. En realidad, compartir valores, gustos, aficiones, … es lo que favorece el entendimiento entre la pareja, y puede consolidar una relación de una forma constructiva.
- EL AMOR Y LA PASIÓN SON ETERNOS
Otro mito que podemos encontrar es el que se asocia a la idea de que, el amor romántico es eterno y que debemos amar a una sola persona toda la vida. Si bien hay parejas que logran mantener una relación duradera y feliz, también es válido y posible, amar a más de una persona a lo largo de nuestras vidas. El amor es un sentimiento que puede ser cambiante, y no debemos sentirnos limitados por la idea de que solo hay una persona «destinada» para nosotros. Las relaciones pasan por varias fases de su desarrollo.
Este mito también nos hace ver de forma distorsionada el ámbito de las relaciones sexuales. Éstas tienen que estar siempre presentes, con alta intensidad de una manera satisfactoria. Y no tiene por qué ser así. Al igual que la relación de pareja se va modificando y modelando con los años, las relaciones sexuales también lo hacen y pueden pasar por diferentes fases.
En resumen, es importante cuestionar y desmitificar estas ideas de amor romántico, que abundan en la cultura, en las historias de ficción, … Debemos ser conscientes de que el amor no lo puede todo, que no necesitamos depender emocionalmente de otra persona para ser felices, que los celos no son una muestra de amor y que el amor puede ser experimentado de diferentes formas a lo largo de nuestras vidas. Al cuestionar estos mitos, podemos construir relaciones más saludables y satisfactorias.