El 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, con el objetivo concienciar, orientar, sensibilizar, reducir el estigma y prevenir a la población mundial sobre la depresión, trastorno cuyas cifras están aumentando considerablemente en todo el mundo.
La depresión es un trastorno, que, en la actualidad, afecta a aproximadamente a 280 millones de personas en todo el mundo. Es un trastorno mental común que puede afectar a cualquier persona, sin importar su género, edad o estatus socioeconómico, aunque afecta de manera muy significativa en adolescentes y personas mayores, y es más común en mujeres.
¿Cuáles son los síntomas que aparecen con la Depresión?
- Presencia de un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) la mayor parte del día. Un episodio depresivo es distinto de las variaciones habituales del estado de ánimo. Estos episodios abarcan la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas.
- Disminución del interés o placer en todas o casi todas las actividades la mayor parte del día
- Fatiga o pérdida de energía
- Dificultades para concentrarse
- Sentimiento de culpa excesiva o de inutilidad
- Falta de esperanza en cuanto al futuro
- Pensamientos de muerte o suicidio
- Alteraciones del sueño, insomnio o, también sueño excesivo
- Cambios en el apetito o en el peso, aumento o disminución
La depresión puede causar dificultades en todos los aspectos de la vida de una persona, en casa, en el trabajo o en el colegio, con la familia, las relaciones sociales e incluso en el propio autocuidado.
¿Qué la causa?
Se desconoce la causa exacta de los trastornos depresivos, pero contribuyen factores genéticos y psicosociales como, situaciones estresantes, sufrir alguna perdida, enfermedades médicas, aislamiento social. La mayor parte de las veces es una combinación de factores genéticos y psicosociales lo que desencadena la aparición de la depresión.
¿Qué se puede hacer? ¿Cuál es el tratamiento?
Es importante tener en cuenta que la depresión no es simplemente sentirse triste de vez en cuando, sino que es mucho más grave y puede interferir significativamente en la vida diaria de una persona. Hay tratamientos eficaces para la depresión, incluidos los tratamientos psicológicos y tratamiento farmacológico. Los tratamientos psicológicos son los escogidos como primera opción, aunque en ocasiones se utilizan combinados con el tratamiento farmacológico, dependiendo de la gravedad y circunstancias de la persona.
Dentro de la terapia psicológica, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más comunes y efectivos en el tratamiento de la depresión. Se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y los comportamientos poco saludables que contribuyen a la depresión. También trata de ayudar a la persona a desarrollar habilidades de afrontamiento y estrategias de resolución de problemas. A través de la TCC, se pueden aprender técnicas para modificar los pensamientos automáticos negativos y reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos.
En cuanto a la medicación, los antidepresivos pueden ayudar a regular los desequilibrios químicos en el cerebro que pueden contribuir a la depresión. Sin embargo, es importante recordar que los medicamentos no son una solución definitiva y generalmente se combinan con terapia psicológica para obtener los mejores resultados.
Además de estos tratamientos es recomendable:
- Es importante conocer los síntomas y signos para poder pedir ayuda y acudir a terapia cuanto antes. Esto facilitará y acelerará el proceso de recuperación.
- Hacer ejercicio físico: Se ha demostrado que el ejercicio regular puede ayudar a mejorar los síntomas de la depresión al liberar endorfinas, que son químicos cerebrales que producen una sensación de bienestar y felicidad. Además, el ejercicio puede aumentar la autoestima y mejorar la calidad del sueño.
- Red de apoyo: Contar con una red de apoyo de amigos, familiares y profesionales de la salud mental es esencial. Comparte tus sentimientos y experiencias con personas de confianza y busca su apoyo. Participar en grupos de apoyo también puede ser beneficioso, ya que te permitirá conectar con otras personas que están pasando por situaciones similares.
- Autocuidado: El cuidado personal es esencial, esto implica dedicar tiempo para actividades placenteras para la persona, como leer, escuchar música, dar paseos tranquilos en la naturaleza o practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga. Además, cuidar la alimentación y el sueño adecuados es fundamental para optimizar el bienestar general.
- Establecimiento de rutinas saludables: La depresión a menudo puede llevar a un desequilibrio en nuestra vida diaria. Establecer rutinas saludables, intentar mantener una buena higiene del sueño, seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y establecer metas realistas. Estas prácticas saludables pueden ayudar a mejorar tu estado de ánimo.
La depresión es una enfermedad compleja, pero con el tratamiento adecuado y un enfoque en el autocuidado, es posible recuperarse. La terapia cognitivo-conductual, la medicación, la adopción de rutinas saludables, la búsqueda de apoyo y el autocuidado son elementos clave para manejar la depresión. Es importante recordar que cada persona es única y puede responder de manera diferente a diferentes formas de tratamiento. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, por lo que es crucial encontrar un enfoque que se adapte a cada individuo. Si tú o alguien que conoces puede estar padeciendo depresión, recuerda que hay terapias efectivas y pautas que pueden ayudar.