Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento irracionales o sesgados que pueden influir negativamente en la percepción de uno mismo, de los demás y del mundo en general. Estos patrones distorsionan la manera en que interpretamos la información, lo que puede llevar a conclusiones inexactas, emociones negativas y comportamientos poco saludables. Las distorsiones cognitivas pueden surgir como resultado de experiencias pasadas, creencias arraigadas, o incluso como una forma de protección psicológica ante situaciones difíciles.

La relación que tenemos con nuestra imagen corporal puede ser compleja y, a menudo, está influenciada por nuestras percepciones, pensamientos y creencias sobre cómo nos vemos. Sin embargo, lo que a menudo no reconocemos son las distorsiones cognitivas relacionadas con nuestra imagen corporal, que pueden afectar profundamente nuestra percepción de nosotros mismos, lo que a su vez  puede afectar nuestra autoestima y bienestar emocional.

Estas distorsiones afectan a cómo las personas se sienten con su propio físico, actuando como un filtro a través del que se analizan. Algunas de las distorsiones cognitivas comunes relacionadas con la imagen corporal son:

  • La bella o la bestia: Son pensamientos dicotómicos respecto a nuestro aspecto físico. «O peso lo que quiero o estoy gordx»
  • El ideal irreal: Evaluarme a través de estereotipos impuestos. «Debería parecerme a X influencer»
  • Comparación injusta: Compararme con personas con características que me gustaría tener. «No soy tan alta como…»
  • La lupa: Observar SOLO las partes que no me gustan. «Mi nariz es horrible»
  • La mente ciega: Minimizar aspectos positivos de mi cuerpo. «Me gustan mis piernas, pero mis brazos son horribles»
  • La fealdad radiante: criticar de forma encadenada nuestro cuerpo «tengo el pelo horrible, las ojeras me llegan al suelo, tengo la tripa hinchada…»
  • El juego de la culpa: culpar al cuerpo de cualquier fracaso «mi pareja me ha dejado por esta barriga»
  • La desgracia reveladora: culpar al cuerpo de posibles acontecimientos negativos futuros «seguro que no me dan el trabajo porque soy fex»
  • La mente que lee mal: es creer que podemos leer el pensamiento de otras personas «seguro que piensan que este pantalón me queda mal»
  • Belleza limitadora: limitaciones de la vida diaria como consecuencia de tu imagen. «no puedo ir a la playa hasta que no pierda peso»
  • Sentirse = verdad: es la fusión cognitiva, es decir, creer lo que siento. «si me siento horrible es que lo soy»
  • Reflejo del mal humor: Traspasar emociones desagradables al cuerpo. Llegar a casa hasta arriba de estrés y cansancio y frente al espejo criticas la imagen que ves

 

Reconocer y desafiar estas distorsiones cognitivas es crucial para cultivar una imagen corporal positiva y saludable. Al desarrollar la conciencia de nuestros pensamientos y creencias sobre nuestra apariencia, podemos comenzar a cuestionar la validez de estas distorsiones y adoptar una perspectiva más realista y compasiva hacia nosotros mismos. Recordemos que la belleza va más allá de los estándares superficiales y que cada uno de nosotros es único y valioso tal como somos.