La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa la glucosa en sangre. Debido a diferentes causas, la producción de insulina por parte del páncreas se ve afectada. La insulina es la encargada de reducir los niveles de glucosa en sangre, por eso en las personas con diabetes estos niveles suelen ser altos. Actualmente en España, afecta a más de 3 millones de personas y esta cifra no para de aumentar. Hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de diabetes, en este artículo nos centraremos en dos:
- Diabetes mellitus tipo 1: Es provocada por una reacción autoinmune en la que el propio cuerpo ataca a las células que producen insulina en el páncreas. Estas personas necesitan inyectarse insulina para poder regular los niveles de glucosa en sangre. Este tipo de diabetes es conocida como la diabetes juvenil porque se diagnostica en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Representa entre un 5-10 % de los casos, y no se conoce como prevenir su aparición.
- Diabetes mellitus tipo 2: En este tipo de diabetes el cuerpo no usa adecuadamente la insulina o la insulina que se produce no es suficiente para regular los niveles de glucosa en sangre. Este tipo de diabetes representa casi el 90% de los casos, y normalmente se diagnostica en la edad adulta. Al contrario que en la diabetes tipo 1, se puede prevenir o retrasar la aparición con la adquisición de hábitos de vida saludable.
Además de lo comentado anteriormente, el mal control de estos niveles de glucosa puede tener graves consecuencias para estas personas. Algunas de las complicaciones que pueden aparecer son:
- Retinopatía diabética
- Neuropatía diabética
- Insuficiencia renal
- Enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares
- Problemas de la piel
- Enfermedad de encías
- Problemas sexuales y de la vejiga
- Problemas en los pies causados por menor flujo sanguíneo y daño de los nervios.
Con todo esto vemos que la diabetes tiene un impacto significativo en la salud física de las personas. Sin embargo, a menudo se pasa por alto otra dimensión igualmente importante: la salud mental.
La diabetes y la salud mental están estrechamente interrelacionadas. Aunque la mayoría de las veces nos enfocamos en los aspectos físicos y en controlar los niveles de azúcar en sangre, es vital entender que la diabetes puede tener un impacto significativo en nuestra salud emocional y mental, tanto en personas diagnosticadas con diabetes tipo 1 como en personas con diagnóstico de diabetes tipo 2.
¿Cómo afecta la diabetes a la salud mental?
Se ha estudiado la relación de la diabetes con diferentes aspectos psicológicos, emocionales y sociales que afectan a las personas con diagnóstico de diabetes. Entre los trastornos mentales con los que se ha relacionado encontramos:
Ansiedad
Vivir con diabetes implica llevar un estilo de vida consciente y en constante monitoreo de los niveles de azúcar, de las sensaciones corporales que indiquen anomalías en los niveles de azúcar, de la dieta, del ejercicio y de la actividad física a diario. Esta responsabilidad continua puede generar estrés y ansiedad, ya que existe la preocupación constante por el control de los niveles de glucosa, no solo para evitar complicaciones momentáneas sino también para la prevención de complicaciones a largo plazo. Además, el estrés puede afectar los niveles de azúcar en la sangre, provocando una subida de estos niveles. Esto puede generar un círculo vicioso que afecta tanto la diabetes como la salud mental de la persona.
Depresión
Un gran porcentaje de pacientes con diabetes padece depresión. Las personas con diabetes tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de presentar depresión que las personas sin diabetes. Los síntomas depresivos que pueden surgir muchas veces se confunden con síntomas propios de la diabetes como fatiga, problemas de sueño, cambios de peso, problemas de alimentación, … Además, estas personas pueden tener sentimientos de culpabilidad, tristeza e irritabilidad. Esta relación de diabetes y depresión puede estar causada por factores biológicos, psicológicos, conductuales y ambientales. Se ha podido relacionar los niveles de azúcar en sangre en diferentes zonas del cerebro con la aparición de este trastorno.
Trastornos de la conducta alimentaria
Las personas con diabetes tienen hasta 2,4 veces más riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria. Las preocupaciones con la apariencia física, la aceptación social y el sentimiento de pérdida de autonomía en personas con diabetes puede desencadenar un TCA. Además, la necesidad de contar carbohidratos, controlar las porciones de comida y administrar las inyecciones de insulina o portar una bomba de insulina puede llevar a una preocupación constante por la apariencia física y la aceptación social. Esto puede afectar negativamente la autoestima y la imagen corporal.
Autoestima
El diagnóstico de una enfermedad crónica como la diabetes puede alterar nuestra autoestima. La forma en la que la persona con diabetes se percibe a si mismo puede verse afectada debido a que puede centrar todo lo que le ocurre alrededor de la enfermedad. Puede afectar a su visión de independencia, autonomía, vulnerabilidad, inseguridad e incertidumbre con el futuro.
Relaciones sociales
La presencia de temores respecto a su salud, el impacto del diagnóstico, la preocupación por convertirse en una carga para los seres queridos, la autoestima frágil, los sentimientos de tristeza y desesperanza asociados con la pérdida de la salud y las modificaciones que tiene que realizar en sus vidas, pueden afectar a la calidad de relaciones sociales.
Es evidente que tener diabetes puede tener un impacto significativo en la salud física pero también en la salud mental y emocional. Para garantizar un bienestar integral, es esencial abordar todos estos aspectos. Es fundamental buscar apoyo y recursos adecuados para manejar el estrés, la ansiedad y la depresión asociados con la diabetes. Mantener una comunicación abierta con profesionales de la salud, amigos y familiares también puede ser beneficioso para compartir las preocupaciones y recibir el apoyo necesario.