Las cifras de bullying o acoso escolar son alarmantes en todo el mundo. España se encuentra en el tercer lugar con más casos de bullying y ciberbullying del mundo. Son numerosos los niños y adolescentes que deben hacer frente diariamente al acoso continuo y repetido por parte de sus compañeros. Ante este problema social, se hace imprescindible saber cómo detectarlo y cómo actuar.

El bullying se define como un comportamiento intencional, agresivo y repetitivo, llevado a cabo por una o varias personas para dañar a alguien que se encuentra en una posición de vulnerabilidad. Puede manifestarse de diferentes formas ya sea verbal, a través de insultos, humillaciones, … también física, psicológica y socialmente, y en los últimos años a través de las redes sociales e internet, lo que se denomina ciberbullying.

Como cualquier otro tipo de maltrato, el bullying puede generar diversos problemas tanto físicos como psicológicos, sociales y de conducta, tanto a corto plazo como a lo largo de la vida de la persona que sufre este tipo de acoso. Es, por ello, muy importante la prevención y detección precoz de este tipo de acoso en los más jóvenes, con el fin de minimizar sus posibles consecuencias. Dentro de las posibles consecuencias que pueden tener los niño/as que han padecido bullying, podemos encontrar:

  • Dificultad para establecer relaciones sociales: Dadas las malas experiencias vividas, les cuesta establecer relaciones interpersonales, puesto que no confían en los demás.
  • Aislamiento social: En los casos más graves, puede cerrarse por completo y aislarse de todo su entorno social.
  • Trastornos del estado del ánimo: Con tendencia a la apatía, a la tristeza, y especialmente a la irritabilidad, el enfado…
  • Trastornos de ansiedad, provocados por la frustración, el sentimiento de impotencia, el miedo, la desconfianza…
  • Trastornos depresivos: Hay que tener en cuenta que la depresión en niño/as puede manifestarse con síntomas como la ira o la irritabilidad, y no la tristeza o la apatía.
  • Afectación de la autoestima y el autoconcepto, puesto que las víctimas acaban infravalorándose y llegan a creer realmente que son peores que los demás.
  • Disminución de la atención, concentración y rendimiento escolar
  • Trastornos de alimentación, como la anorexia o la bulimia.
  • Dolencias físicas sin una causa médica aparente (somatizaciones), principalmente vómitos y dolor abdominal o de cabeza.
  • Trastornos del sueño, insomnio, pesadillas, despertarse a menudo…
  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), reacción psicológica muy intensa a una situación altamente estresante y traumática.

 

Pero, ¿Cómo podemos detectar el Bullying o acoso escolar?

Es habitual que las víctimas de acoso escolar no manifiesten verbalmente su malestar ni delaten a sus acosadores, por lo que padres y educadores deben estar atentos a los cambios en la conducta de los menores para tratar de detectarlo. Aunque no siempre es sencillo darse cuenta, podemos sospechar que un niño o un adolescente sufre bullying o acoso escolar si:

  • Muestra cambios de humor bruscos, como agresividad, irritabilidad frecuente, enfados en exceso por cosas mínimas o sin causa alguna, gran ansiedad sin motivo, tristeza sin causa aparente, lloro y desconsuelo sin motivo… Es decir, debemos estar atentos a cambios de actitud para los que no encontramos justificación y que permanecen en el tiempo.
  • Abandono de actividades placenteras: si el menor quiere abandonar actividades lúdicas o deportivas que siempre le han gustado, podemos sospechar que hay algún problema en ese entorno.
  • Se aísla socialmente, no quiere quedar con nadie, se pasa el día solo.
  • Problemas de sueño y/o pesadillas frecuentes, si detectamos que frecuentemente le cueste dormirse, se despierte varias veces durante la noche, tenga pesadillas de manera habitual o incluso si duerme en exceso.
  • Pone excusas continuamente para no ir al colegio o al lugar donde se puede estar produciendo el acoso: cuando continuamente un menor evita acudir a la escuela o al instituto, aludiendo que siente malestar, que le duele algo, o incluso llegando a provocarse el vómito, es señal de que hay algún problema en el ámbito escolar. También puede ocurrir cuando tiene que ir a alguna actividad extraescolar o deportiva.
  • Desciende su rendimiento escolar: si bien puede haber altibajos en el rendimiento escolar de niños y adolescentes por diferentes circunstancias o motivos, es una señal de alarma un descenso generalizado en el rendimiento académico de un menor que se mantiene en el tiempo.
  • Pierde sus pertenencias o vuelve a casa con ellas rotas: es un claro síntoma de acoso el hecho de que un menor llegue a casa en repetidas ocasiones sin alguna de sus pertenencias o con las cosas rotas.
  • Tiene arañazos, moratones o heridas: cualquier menor puede llegar a casa con algún tipo de lesión puntualmente, pero si detectamos que muestra signos de posibles agresiones físicas con excesiva frecuencia, es muy probable que esté siendo víctima de maltrato por parte de uno o más acosadores.
  • Comentarios negativos o autocríticos frecuentes sobre sí mismo/a.
  • Cambios en el uso de la tecnología: En este caso puede ocurrir que la persona evite o tenga miedo de utilizar redes sociales, aplicaciones de mensajería, siendo estos los medios por los que recibe el acoso.

 

¿Qué hacer ante estas señales?

Es importante recordar que estos signos solo son indicios y no siempre garantizan que una persona está siendo víctima de bullying. Sin embargo, si notas varios de estos signos en alguien cercano, es fundamental hablar con esa persona para comprender mejor su situación y ofrecerle apoyo.

Si estás pasando por una situación así:

  1. Cuéntaselo a una persona de confianza, tus padres, hermanos, familiares, amigos, profesores… Explícales lo que te está sucediendo, cómo te sientes y no te avergüences de hacerlo, tú no tienes la culpa.
  2. Informa a los responsables del colegio, instituto o responsable del lugar en el que esté sucediendo para que puedan poner en marcha estrategias y medidas para afrontarlo. ¡Estás en tú derecho ¡
  3. Regula tus emociones, no respondas a tu acosador, esto es lo que busca. Es difícil, pero intenta mostrar indiferencia, y si respondes hazlo de manera firme sin entrar en un bucle de violencia.
  4. Evita y aléjate del agresor. Esto muchas veces no es posible, pero hazlo en la medida de lo posible.
  5. Pon tus límites desde el principio, expresa cómo te está tratando, hablando, o cómo te está haciendo sentir. Ten seguridad en ti mismo.

Si el acoso es a través de las redes o internet, es importante tener en cuenta los consejos anteriores, pero, además:

  1. Guarda pruebas digitales del acoso, no sabes hasta que punto lo vas a necesitar en un futuro.
  2. Aléjate de las redes sociales, además de para evitar el acoso es beneficioso a veces desconectar de ellas para hacer otras actividades.
  3. Denuncia aquellos comentarios o publicaciones. La mayoría de las redes sociales te permiten hacerlo.
  4. Bloquea a la persona o personas que te están acosando, y no agregues a personas que no conoces.

Si eres el padre/madre, amigo, familiar o profesor de una persona que está siendo acosado:

  1. Ten en cuenta las señales anteriormente mencionadas y detecta los diferentes signos de alerta.
  2. Escucha y dialoga con ellos. Es importante escuchar lo que ha vivido y cómo se siente, sin juzgarle.
  3. Mantén la calma. Es importante estar sereno y adoptar una actitud de comprensión y atención, transmitiendo seguridad y tranquilidad.
  4. Dile que no es culpable de nada. Todas las personas tenemos derecho a ser protegidas contra cualquier forma de violencia y a ser tratados con respeto.
  5. Refuerza su autoestima. Ayúdales a reconocer sus capacidades, habilidades y el gran esfuerzo que ha hecho al haber pedido ayuda.
  6. Comunica la situación a la escuela. Es importante que el centro escolar conozca la situación y mantenga una comunicación continua y de colaboración con ellos.
  7. Dale la oportunidad de ampliar su grupo de amigos y amigas. Las actividades fuera del centro escolar le dan la oportunidad para relacionarse con otros chicos y chicas de su edad.
  8. Mantén una buena comunicación basada en la confianza. Esto facilitará que acuda a ti en caso de recibir algún contenido o invitación que le provoque malestar o incomodidad.