Las reuniones navideñas suelen ser un momento de alegría, amor y unidad familiar. Sin embargo, también pueden ser escenario de conflictos y tensiones, especialmente cuando se juntan personas con diferentes gustos, opiniones y expectativas. Juntarnos con familiares a los que hace mucho que no vemos, muchas veces acaba provocando preguntas incómodas que no nos apetece contestar o hablando de temas con los que no nos sentimos cómodo/as.

Casi todos tenemos el típico “cuñado” que tiene comentarios “graciosos” e intervenciones sin sentido, o que creen saber más que el resto y buscan el conflicto. Esta figura del cuñado, ha sido denominada como el efecto de Dunning-Kruger o Síndrome del cuñado. Este fenómeno considera que ciertos individuos con escasos conocimientos y habilidades limitadas se consideran superiores a otras personas más inteligentes y más preparadas que ellos, al experimentar una especie de complejo de superioridad. Es decir, estas personas sobrestiman sus capacidades y conocimientos, y son incapaces de reconocer su inhabilidad cognitiva.

Además, son fechas que nos pueden generar muchos estrés y ansiedad debido a la cantidad de eventos y reuniones que podemos tener, el gasto económico que supone, las expectativas que existen acerca de la Navidad en cuanto a felicidad, alegría y amor, que pueden ser factores que también tengan cierto impacto en los conflictos familiares en Navidad. Pero, ¿Cuáles son los conflictos más comunes en estas fechas?:

  • Diferencias de opinión: Uno de los principales conflictos surgen de la temática de conversación que tengamos en estas reuniones. Temas como la política, uno de los temas más conflictivos puede desencadenar estas discusiones. En estos tiempos políticamente polarizados, las diferencias de opinión pueden generar tensiones en las reuniones familiares. Otros pueden ser el fútbol, la religión, …
  • Diferencias de crianza: Las diferencias en la forma de criar a los hijos pueden ser fuentes de conflictos familiares. Dar nuestra opinión o que la den sobre nuestra forma de educar a nuestros hijos puede ser origen de disputa.
  • Expectativas no cumplidas: Las expectativas no cumplidas pueden generar frustración y resentimiento durante las reuniones navideñas.
  • Conflictos pasados sin resolver: Las reuniones familiares pueden traer a la superficie conflictos pasados que nunca fueron resueltos.
  • Problemas de comunicación: Esta falta de entendimiento lleva en numerosas ocasiones a que se repitan cada año los mismos reproches.
  • Rivalidades entre familiares: Las rivalidades entre familiares pueden aflorar durante las reuniones, especialmente cuando se reviven viejas disputas o resentimientos.

Puede que te sientas identificado/a con algunas de estas situaciones, así que a continuación vamos a dejar una serie de recomendaciones y estrategias que puedes tener en cuenta para estas situaciones conflictivas.

  • Marca límites con asertividad: No tienes por qué contestar a todo lo que te preguntan ni aceptar todo lo que te proponen. Date permiso para decir no y expresar como te estas sintiendo. También acepta y respeta los límites de los demás.
  • Evita temas conflictivos: Si anticipamos que nuestra opinión puede generar controversia o que existen diferentes puntos de vista en la mesa, y las personas que opinan lo contrario responden con cierta rigidez, puede que sea mejor evitar estos asuntos y tratar otros temas más neutrales.
  • Para evitar conflictos, establece un acuerdo de no hablar sobre determinados temas durante la celebración o evita mencionar temas que se acuerden con anterioridad.
  • Si se inicia una discusión, intenta cambiar de tema o mantener una actitud neutral y respetuosa.
  • Si tienes fuertes opiniones acerca de ciertos temas, trata de ser respetuoso y evita dar consejos no solicitados. En lugar de juzgar, intenta comprender las decisiones de los demás y enfócate en disfrutar el tiempo con tu familia.
  • Si alguien no cumple con tus expectativas, trata de ser comprensivo y no personalices el comportamiento de los demás. Recuerda que cada persona tiene sus propias circunstancias y limitaciones, y no siempre pueden cumplir con lo que esperas.
  • Es importante la organización y el reparto de tareas para que no haya una sobrecarga de responsabilidades. Organizad el lugar donde se va a llevar a cabo cada celebración, quien se encarga cada plato, recoger, …
  • Y, por último, identifica tus necesidades y emociones, y priorízate.

 

En resumen, los conflictos familiares son comunes durante las reuniones navideñas, pero no tienen por qué convertirse en situaciones incómodas. Para evitar conflictos familiares durante la Navidad, es importante fomentar la comunicación abierta y respetuosa, establecer expectativas realistas, ser flexible y comprometerse, y ser consciente de los desencadenantes de conflictos para gestionarlos de la manera más adecuada posible. Y recuerda, que establecer límites es fundamental para tu bienestar emocional. No tengas miedo de hablar con tu familia y hacerles saber tus necesidades para asegurarte de tener una Navidad agradable y libre de estrés.